viernes, 15 de febrero de 2013

CUEVA DE TILIN TILAN


Leyenda nº 8

CUEVA DE TILIN TILAN   (Fuensanta de Martos)

Como todos los días, el pastor se dirigió con su ganado al monte al que acudía habitualmente para darle de pastar. Hacia un día radiante y se veían numerosos pajarillos revoloteando entre las flores. 
Al pastor todo esto no le era ajeno, disfrutaba sintiéndose libre en campo, y sabiéndose conocedor de la naturaleza con la que había estado en contacto desde muy pequeño. Para el, su vida era el rebaño y el monte al que acudía todos los días sin falta.Había transcurrido el día sin contratiempos y se sentía feliz de la labor cumplida, ya tan solo le restaba contar su ganado antes de regresar al pueblo. Tras contarlo varias veces al notar la falta de una de sus ovejas, vio que efectivamente no se había equivocado al contar, y que una de ellas se había extraviado. Sin pensarlo dos veces, se puso rápidamente a buscarla.
Después de haber recorrido infructuosamente casi todas las sierras, y cuando ya había perdido toda esperanza, pudo percibir el sonido de un cencerro.
Descendió una pequeña rampa que conducía hacia su interior, y esperó un momento sin moverse hasta que sus ojos se acostumbraron a la penumbra. Pasados unos segundos volvió a oír el sonido, y dirigiendo su mirada hacia el lugar del que provenía distinguió una pequeña figura blanca, efectivamente se trataba de una oveja que había quedado atrapada en el interior de la cueva. De esta forma casual fue como tuvo lugar el descubrimiento de esta cueva, y en honor al sonido del cencerro se le bautizó con el nombre de Tilín Tilan”.