Es un libro ideal para sensibilizar a los más pequeños o a cualquiera sobre la discapacidad visual porque en las bibliotecas escolares debe haber libros para todos y todas.
Tomás, nos invita a percibir
cada color sin necesidad de verlo, tal y como los distingue él.
Las ilustraciones son
sugerentes, totalmente negras y en relieve gracias a su
barniz. Es todo toda una experiencia
sensorial.
El texto es más bien escaso, pero poético en Braille. Es una delicia leer las descripciones de cada color, cómo se utilizan los diferentes sentidos .
No es un libro cualquiera. Es
merecedor de varios reconocimientos, como el primer premio en la
categoría “Nuevos Horizontes” en la Feria del Libro Infantil de Bologna
en 2007, o ser elegido por el New York Times entre los mejores libros
ilustrados del 2008, entre otros.
“Y el negro es el rey de los colores. Es suave como la seda cuando su mamá lo abraza y lo arropa con su cabellera“. Y mi página favorita es la del arco iris. ¿Te imaginas tocar un arco iris?
Lo ideal es descubrirlo con los ojos cerrados,
y si luego se hace alguna actividad de orientación o reconocimiento con
los ojos tapados, no hay duda de que será un éxito rotundo como recurso en el aula.
Además cuenta con un abecedario Braille, por si nos entra la curiosidad y decidimos aprender un poco…
"El color café cruje bajo sus pies cuando las hojas están secas. A veces huele a chocolate y otras veces huele muy mal."
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