Se puede definir un proyecto colaborativo en la red como aquel que se abre a la participación de docentes y alumnos interesados en formar parte del mismo y que se gesta o se expande a través de las redes sociales.
Existen muchos proyectos circulando en la red. Los hay abiertos a una sola materia, los que permiten la participación desde materias diversas, los hay interdisciplinares o internivelares, pero todos los proyectos colaborativos en la red cumplen un requisito fundamental: están abiertos a docentes y alumnado para que puedan participar desde diferentes centros y aportar su propia visión particular, sus inquietudes, su propia manera de dar forma a un producto final.
Aparecen por doquier. Nos asomamos a Facebook, a Twitter y alguien tiene el germen de una idea y enseguida aparecen docentes "incautos" que aportan algo y una pequeña llama, muy tenue, se convierte en una gran hoguera. Como si de una chispa mágica se tratara, una serie de brujos y brujas de la red se unen para el gran aquelarre de un proyecto colaborativo.
Los comienzos
Aunque ya había habido algunos intentos previos, el curso de la explosión fue el 2010-2011, en el que se gestaron proyectos inolvidables. Fueron los primeros valientes y los que comenzaron a ver y potenciar las posibilidades que nos ofrecían la red y las TIC. Además, son en su mayoría proyectos de proyectos, esto es, a partir de una idea original, cada docente con su alumnado realiza su propio proyecto y se muestran todos los productos finales en un espacio común. Algunos ejemplos de estos pioneros son:
La expansión
Al tiempo que los proyectos anteriores siguen con vida, nuevos otros nuevos se ponen en marcha en los dos cursos siguientes, 2011-2012 y 2012-2013. En esta época, las colaboraciones en la red y los proyectos que nacen en la misma se hacen más habituales, hay un auge en la participación y también se diversifican los proyectos. Continúan los proyectos de proyectos, pero también aparecen aquellos que, tras lanzar la idea en la red, son unos pocos centros, con unos cuantos profes y maestros los que llevan a cabo el proyecto. Algunos ejemplos de esta época serían:
Consolidación
Durante los últimos dos cursos, han seguido proliferando, cada vez más docentes se apuntan a colaborar con su alumnado y a difundir cómo trabajan en clase.
Faltan muchos en la lista y faltan los que estoy seguro que vendrán, pero es una relación suficiente para comprobar el auge que están teniendo en los últimos cursos.
Las ventajas
Quizá aún falta un estudio real, serio, científico del impacto real que tienen estos proyectos, pero, sin lugar a dudas, las ventajas de participar en un proyecto colaborativo a cualquier nivel son muchas, aunque las resumiré en tres:
Trabajo en equipo: muchos de estos proyectos están asociados íntimamente al trabajo en equipo en el que se trabaja de manera conjunta para conseguir el producto final.
Motivación: es indudable que la forma diferente de trabajar que ha vuelto a poner de moda el ABP, la posibilidad de dar mayor difusión a trabajo del aula y el uso de las TIC que implican la mayoría de los proyectos citados inciden positivamente en el aprendizaje aunque, como todos sabemos, no es una panacea que solucionará todos los problemas.
Aprendizaje en todos los ámbitos: desde docentes que inician o participan hasta los alumnos recorren un viaje por el conocimiento a partir de las competencias. Todos aprendemos. Además, se enriquece ese viaje de manera exponencial al comprobar y revisar la propia participación y la del resto de alumnos y alumnas.
¿Te atreves a participar en algún proyecto en red o emprender el tuyo?
Para saber más
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Un artículo de Alberto García Pérez
Fuente M Jesus Garcia San Martin
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